Productos financieros
Tener historial crediticio es importante. Así es como se construyen los antecedentes financieros que permitirán tener una buena calificación ante el Buró de Crédito. Así es. Ese registro no es solamente negativo. Manejar buenos números como deudor que cumple con los compromisos contraídos y los salda a tiempo es la mejor garantía para los fiadores.
Se trata de productos que están dirigidos a estudiantes mayores de 18 años que finalizan sus estudios y comienzan a trabajar, y que, generalmente, solicitan una identificación vigente, comprobantes de domicilio y de ingresos .
Lejos de la connotación negativa que normalmente tiene “estar en el Buró de Crédito” es positivo, comenzar a construir tu huella financiera con un instrumento diseñado especialmente para los estudiantes es algo que podrías considerar.
Así que si ya cumpliste la mayoría de edad y quieres comenzar a construir tu historial crediticio, aquí el ABC de las tarjetas.
Para los estudiantes o jóvenes que recién inician su vida laboral, en el mercado se ofrecen diferentes productos que, en principio, ofrecen una línea de crédito reducida y sin muchos beneficios en el largo plazo.
Sin embargo, si el solicitante aprende cómo financiarse para tener liquidez con crédito en el corto plazo, es disciplinado con sus pagos y además comprende que debe liquidar los intereses y abonar al monto original del dinero que recibió en préstamo, entonces tendrá mejores oportunidades de crédito.
Sí. Las instituciones bancarias tienen publicidad sobre sus productos para universitarios. Se trata de tarjetas que buscan que los jóvenes aprendan cuál es el funcionamiento del crédito revolvente y se familiaricen con conceptos como fechas de pago, fecha de corte e intereses y comisiones.
Al estar dirigidas a estudiantes no se espera que ellos tengan una gran capacidad de pago, por lo que las líneas de crédito no permitirán alcanzar grandes deudas en caso de no pagar el dinero financiado. Por otro lado, es posible que no puedas usar este tipo de tarjetas para situaciones en las que se incluyan meses sin intereses.
Deberá consultarse la información específica en cada institución financiera o tienda departamental. En general, los requisitos son:
Una tarjeta de crédito puede tener un uso distinto al que le damos a una tarjeta de débito. Ambas son instrumentos que nos ayudan a tener un mejor manejo de nuestras finanzas personales. El secreto está en saber manejarlas, tener un buen control de nuestros gastos e incluso incrementar nuestro patrimonio.
Como estudiante sin empleo, la mejor manera de tener educación financiera es a través del ahorro. Así que una tarjeta de débito es una buena forma de comenzar, porque el débito es:
En cambio, el crédito:
Es positivo que desde edades tempranas aprendamos a tener finanzas sanas. Así que con un crédito limitado y el apoyo de tus padres es posible que empieces a desarrollar tus habilidades en el manejo del dinero, las cuales te serán indispensables en la vida adulta.
Usadas responsablemente, las tarjetas son instrumentos prácticos que permiten adelantar y pagar a plazos compras que difícilmente podemos hacer de un solo golpe. Además, bien manejadas, otorgan beneficios que no están disponibles al pagar en efectivo.
Cuando no planeamos nuestros pagos, los gastos se nos pueden salir de control. Si los intereses provocan que las deudas sean impagables, lo mejor será recurrir con los especialistas que nos asesoren sobre cómo manejar nuestras finanzas personales.
Cuando sientes que el agua te llega al cuello, antes de que pierdas liquidez, lo mejor es acudir con la institución financiera que te dio el crédito para solicitar un nuevo acuerdo de pago. Eso se conoce como “reestructuración de deuda”. Ahora bien, si ya es muy tarde para negociar con el banco e incluso ya te mandaron a Buró de Crédito con una calificación negativa para que otros ya no te preste, entonces puedes recurrir a una reparadora de deuda.
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